Construir una colonia romana como Augusta Emerita desde cero era un proceso costoso en tiempo y en dinero y, mientras se levantaba la muralla con sus correspondientes puertas de acceso, se iban haciendo las cloacas, las calles, edificios de espectáculos, etc.
Existían dos tipos de calles, los decumanus (con orientación Este – Oeste) y los cardo (con orientación Norte – Sur). A su vez, estas podían ser maximus si eran la principal o minor si no lo eran. En cualquier caso, toda la ciudad estaba realizada con calles perpendiculares, lo que facilitaba la organización urbanística y, allá donde se cruzaban el cardo y el decumanus maximus, se establecía el foro colonial (en Mérida es el foro donde se ubica el Templo de Diana).
Bajo las calles, un sistema de cloacas, muchas de ellas en funcionamiento hasta no hace tanto tiempo, que acababan vertiendo las aguas sucias al río Guadiana, aunque los romanos se las ingeniaron para evitar que la suciedad quedara junto a la colonia.
Pero, ¿dónde podemos encontrar ejemplos de calzada romana visitables en Mérida? En el Teatro – Anfiteatro, Alcazaba andalusí, Casa del Mitreo, Museo Nacional de Arte Romano, Puerta de la Villa y Área Arqueológica de Morerías, entre otros lugares. En este último espacio monumental puede observarse un magnífico ejemplo de cómo era y cómo evolucionó el urbanismo emeritense a lo largo de los siglos (muralla fundacional, refuerzo visigodo, cloacas, viviendas, etc).
Las calzadas cuentan con un sin fin de peculiaridades, así que si quieres conocerlas, y disfrutar caminando por alguna de ellas, puedes contar conmigo.
Como siempre, gracias por pasaros por aquí.
info@meridaymas.com // 646 938 602 – Pilar Fuentes